LOS AÑOS PASAN……… la estrategia la misma

ARTURO ILLIA –(1900-1983)EL GOLPE DE 1966 PETROLEO Y MEDICAMENTOS

El documento que presentamos es un texto de divulgación para conocimiento de los trabajadores y sobre todo de los jóvenes, que desgraciadamente no encuentran en los libros de texto esta información, de lo que ocurrió en aquél entonces

No se pretende la comparación de los Jefes de Estados los cuales tienen una diferencia abismal entre los objetivos y el método para alcanzarlos. SIno se pretende analizar  la similitud entre los que apostaron al golpe institucional para derrocarlos….

…Cualquier similitud con los últimos tiempos que se viven en Argentina Es pura coincidencia

 


 El  28 de junio de 1966, tuvo lugar en la República Argentina un golpe de Estado, cuyo único fin, fue derrocar al gobierno democrático del Presidente Arturo Illía. La asonada, contó también con el apoyo inescrupuloso de la derecha golpista, sectores oscurantistas del clero, y los grupos económicos vinculados a los intereses extranjeros, entre ellos, los laboratorios farmacéuticos y las empresas petroleras norteamericanas.
 
              Cabe recordar que ambos monopolios,  habían perdido sus privilegios de explotación y la consecuente comercialización indiscriminada de sus productos  en la Argentina.  Pero esto solo fue posible a partir de la implementación de políticas soberanas, desde el verdadero ejercicio del mandato que le delegó el pueblo al presidente constitucional Arturo Illía, quien como afirmara en la campaña electoral, al llegar al gobierno, puso un freno al  proceso de expoliación de la economía nacional.

                  El año anterior «AL GOLPE» Arturo ILLIA había convocado a elecciones legislativas eliminando las restricciones que pesaban sobre el peronismo, quien presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente en las elecciones con 3.278.434 votos contra 2.734.970 de la Unión Cívica Radical del Pueblo. El triunfo del peronismo agitó la situación interna de las Fuerzas Armadas. El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de desprestigio, impulsada por sectores conservadores que criticaban duramente ciertas políticas del gobierno radical, como la Ley de Medicamentos (Ley Oñativia), la política petrolera y cierta autonomía respecto a la posición de los Estados Unidos en política internacional


Mariano Grondona «EL GOLPISTA»
Esta nota es del 30 DE JUNIO DE 1966
Autor: Mariano Grondona, en Revista Primera Plana, 30 de junio de 1966
Por la Nación
                      En las jornadas de septiembre de 1962 surgió algo más que un programa, una situación militar o una intención política: surgió un caudillo. Fenómeno es éste de tanta importancia, que no se repite en la misma generación. A partir de entonces, el problema del país fue uno solo: cómo homologar el mando profundo, la autoridad secreta y sutil del nuevo protagonista. Se intentó primero la vía electoral. Pero cuando quedó bloqueada, el proceso político siguió una vida ficticia y sin sentido: exactamente como la legalidad que se edificó sobre su derrumbe. Al jurar la presidencia en octubre de 1963, Arturo Illia no comprendió el hondo fenómeno que acompañaba a su encumbramiento: que las Fuerzas Armadas, dándole el Gobierno, retenían el poder. El poder seguía allí, en torno de un hombre solitario y silencioso. Ese era un hecho que estaba más allá de las formas institucionales y de las ideas de los doctrinarios: un hecho mudo e irracional, inexplicable y milagroso. Siempre ha ocurrido así: con el poder de Urquiza o de Roca, de Justo o de Perón. Alguien, por alguna razón que escapa a los observadores, queda a cargo del destino nacional. Y hasta que el sistema político no se reconcilia con esa primacía, no encuentra sosiego. La Nación y el caudillo se buscan entre mil crisis, hasta que, para bien o para mal, celebran su misterioso matrimonio. En el camino quedan los que no comprendieron: los Derqui y los Juárez Celman, los Castillo y los Illia.

             No queremos comparar aquí a Juan Carlos Onganía con nuestros caudillos de ayer: sea cual fuere el juicio que ellos nos merezcan, su destino está cristalizado, es inmutable. Onganía, en cambio, es pura esperanza, arco inconcluso y abierto a la gloria o a la derrota. Queremos, en cambio, comparar su situación con la de sus antecesores. Y esa situación es idéntica y definida: el advenimiento del caudillo es la apertura de una nueva etapa, la apuesta vital de una nación en dirección de su horizonte.

 


             El gran error radical fue, entonces, producto de su óptica partidaria. Illia no comprendió que su misión era, en definitiva, viabilizar el encuentro del caudillo con la Nación. Lo pudo hacer si hubiera puesto el ideal de la Nación por encima del ideal del partido. Pero el radicalismo identificó su propia suerte con la del país. Illia, dueño del Gobierno, se creyó poseedor, también, del poder. Y de este equívoco fundamental surgió todo lo demás. Comenzó la anécdota. La polaridad y las pequeñas ofensivas ante militares. El retiro del Comandante en Jefe. Y, con él, la pérdida de la «pax» militar de septiembre y, paradójicamente, la puesta en evidencia de la necesidad de autoridad. El absurdo de un gobierno sin poder quedó, por así decirlo, manifiesto y demostrado. Y, con la revolución, todo volvió a su quicio. Es que hoy muere un caudillo y nace su sucesor. 

Estas son las cosas profundas, que están más allá de las formas legales o retóricas. La Argentina se encuentra consigo misma a través del principio de autoridad. El Gobierno y el poder se reconcilian, y la Nación, recobra su destino.


                 Quiere decir, entonces, que los tres poderes de Alberdi -el civil, el militar y el bonaerense- están de nuevo reunidos en una sola mano. A partir de aquí, se puede errar o acertar. Pero lo que importa señalar en esta hora, en que la revolución es pura conjetura y posibilidad, es que hay una mano, una plena autoridad. Sin ella, con el poder global quebrado y sin dueño, no había ninguna posibilidad de progreso; porque la comunidad sin mando es la algarabía de millones de voluntades divergentes. Con ella, en cambio, hay otra vez Nación. Para ganar el futuro o para perderlo. Pero, al menos, para dar la batalla.

                  Las naciones se miden por su impaciencia. Francia, así, demostró su magnitud cuando no resistió la navegación a la deriva de la Cuarta República. España, cuando rechazó el desquicio de las postrimerías de su propia República. Inglaterra, cuando no soportó la idea de una Europa alemana. La Argentina, en estos años cruciales, tenía que poner a prueba su vocación de grandeza. El mantenimiento de la situación establecida tenía sus ventajas: la vida apacible, las garantías institucionales, un cierto bienestar. Era la agonía a muy largo plazo: la vida para nosotros, la muerte para nuestros hijos. La Argentina tenía una tremenda capacidad para optar por la mediocridad: alimentos, buen nivel de vida en comparación con otros pueblos, facilidad de los recursos naturales. Todo la llevaba, aparentemente, a la holganza y a la lenta declinación. Era la tentación de una Argentina victoriana, que, usufructuaría de la grandeza del fin de siglo, se preparaba para bien morir, huérfana del desafío, del reto histórico que a otras naciones lanzan la guerra o la geografía. La Argentina tenía, en su lentísima desaparición, un solo elemento de reacción: su propio orgullo.
La etapa que se cierra era segura y sin riesgos: la vida tranquila y declinante de una Nación en retiro. La etapa que comienza está abierta al peligro y a la esperanza: es la vida de una gran Nación cuya vacación termina.

 

“[…] El ejército tiene que tomar partido
entre lo que ocurre en el país. Porque es
parte esencial e imprescindible de nuestra
historia.”(Mariano Grondona, Primera Plana,
7/6/1966”)

 


 

“[…] actualmente se utilizan los términos
‘dictadura y […] dictador como sinónimos de
tiranía y de tiranos. Es un grave error de
perspectiva histórica.”(Mariano Grondona,
Primera Plana, 35/5/1966”)

“El ejército ha cometido en forma quizá casual
una operación de desdoblamiento: hoy las
reservas del país son dos, una es el ejército,
y otra es Onganía. Una es institucional, otra
personal, como en la época de Aramburu.”(Mariano
Grondona, Primera Plana, 4/1/1966”)







Clase media alta por florida………………………..aún no estaban de modas las cacerolas…… PEEEROOO……………….

 

 

   

LOS MEDIOS    GOLPISTAS

MARIANO GRONDONA Y SUS ACÓLITOS CONTINÚAN GOLPEANDO LOS CUARTELES
El golpe de estado contra Illia

 


“… – ¿Quién es usted?, Yo no lo conozco – pregunta Illia.

   El general Julio Alsogaray, hemano del economista Alvaro Alsogaray fue uno de los propulsores del golpe de estado.El golpe fue bien recibido en los sectores y financieros liberales

 

Soy el general Julio Alzogaray.

– Bueno espérese que estoy atendiendo a un ciudadano.

El Presidente firmaba un autógrafo.

– Respéteme – se indigna Alzogaray.
Illia rubrica la foto y se la entrega al secretario que la había solicitado. Observa al general y dice.

– Este muchacho es mucho más que usted. Es un ciudadano digno y noble.- hace una pausa, sus ojos se posan un instante en Emma, su hija; Illia conoce el temperamento de ella y sabe que su reacción podría desencadenar acontecimientos trágicos. Y en un segundo se pregunta si los futuros acontecimientos no serían aún más trágicos para la Republica. Le aspetá al general.

– ¿Que es lo que quiere?


– Vengo a cumplir órdenes del comandante en jefe.

– El comandante en jefe soy yo.- toma del escritorio un ejemplar de la Constitución Nacional. Y señalando con ella las alturas del techo del salón sentencia.
 
– Mi autoridad emana de esta Constitución que nosotros hemos cumplido y usted ha jurado cumplir. A lo sumo, usted es un insurrecto que engaña a sus soldados y se aprovecha de la juventud que no quiere ni siente esto; esa juventud de mi Patria que se verá privada por este acto de un ambiente de paz, tranquilidad y progreso.Ese anciano ridiculizado por algunos medios de comunicación faccistoires daba cátedra de civilidad ante el intento de desalojo por la fuerza de un grupo de militares, las empresas farmacéuticas y petroleras y los civiles cipayos de estas.


Alzogaray, no tenía argumentos para contraponerlos a los de Illia. Así que opto por dar el mensaje encomendado.


– En representación de las Fuerzas Armadas le pido que abandone el despacho.

Usted no representa a las Fuerzas Armadas, solo representa a un grupo de insurrectos. Usted y quienes lo acompañan actúan como “salteadores nocturnos, que como los bandidos aparecen de madrugada para tomar la Casa de Gobierno.”

– Señor Presi…- Alzogaray se reconoce anonadado por la personalidad del Presidente Arturo Humberto Illia, sabe que no puede llamar Presidente a quien viene a derrocar. Se rectifica.- Doctor Illia, lo invito otra vez a que haga abandono de la casa para evitar violencias.

– ¿De que violencia me habla? La violencia la acaban de desatar ustedes en la República; yo he predicado en todo el país la concordia entre los argentinos, he asegurado la libertad y ustedes no han querido hacerse eco de mi prédica. El país les recriminará siempre esta usurpación. Con este proceder quitan a la juventud y al futuro de la república la paz, la legalidad, y el bienestar.

– Le garantizamos su traslado a la Residencia de Olivos- agrega vacilante Alzogaray.

– Mi bienestar personal no me interesa. Me quedo trabajando en el lugar que me indica la ley y mi deber. – con un gesto señalando la puerta del despacho y elevando la voz.- ¡Cómo Comandante en Jefe del Ejército le ordeno que se retire!.

– Recibo órdenes del Comandante en Jefe del Ejercito.- Alsogaray intenta una dignidad que no es tal puesto que de a poco se aproxima a la puerta.

– ¡Ustedes obedecen órdenes para traer horas aciagas a la República! ¡Ustedes son insurrectos! ¡Retírese!

– ¡Traidor hijo de puta, tu estirpe quedará maldita!
La voz de Emma Illia retumba en el despacho. Alzogaray sale del despacho humillado.

No se pudo detener el golpe, hasta los propios dirigentes de la UCR miraron a otro lado. El Presidente salia caminando de la Casa de Gobierno y se tomaba un taxi para ir a su casa.


POLITICAS DEL GOBIERNO DE ILLIA

             Ya el 12 de febrero de 1964, bajo la presidencia de Arturo Umberto Illia, se promulga la Ley nacional 16 454 «Ley nacional de abastecimiento», reglamentada por el decreto 987/64.Dicha ley declara como objeto «promover el normal abastecimiento y distribución en condiciones de calidad y precio razonable, de todos los bienes y servicios económicos que afectan las condiciones de vida de la población, para la defensa del consumo y crecimiento efectivo de la producción».
             En 1966 el Gobierno e Arturo Illia intento promulgar una ley parecida a esta:
Unanimidad en el Congreso para cortar por lo sano .La norma cambia el concepto de los remedios como negocio. Y fomenta los laboratorios públicos de medicamentos.

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Principio de Orquestacion.

“No se cambia de un día para otro el ser de una Nación, pero las dictaduras no pueden esperar porque, siendo personales, deben medir su tiempo de acuerdo con la vida posible de quienes las ejercen. De ahí su urgencia realizadora y, también, la violencia de sus procedimientos. Tienen que destruir un orden establecido y de cualquier modo reemplazarlo por otro en el plazo más … Continúa leyendo Principio de Orquestacion.

Principio de Orquestacion

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DEMOCRACIA PARTICIPATIVA “Ahora, por primera vez, disponemos de medios que nos permiten la democracia plena. La sociedad civil del siglo XXI somos la más preparada que ha existido. Sin embargo, vivimos en una falsa democracia; imperfecta, asimétrica, corruptible, sujeta a intereses ilegítimos y que no nos representa. Es tiempo de una profunda regeneración democrática. Las personas, grupos, asociaciones y partidos que suscribimos el presente manifiesto … Continúa leyendo

12 DE OCTUBRE-Nada que festejar

Vivimos envueltos en Miedo…no someten a travez del miedo, no manipulan a travez del miedo. nos condicionan a travez del miedo…. nos imponen cosas a travez del miedo        Por que todo esto… Así de sencillo, en nuestro lenguaje genético está escrita la necesidad de comunicar con el resto de los seres humanos de este planeta y si hay algo claro en esta … Continúa leyendo 12 DE OCTUBRE-Nada que festejar